Quizás por paranoia, se tomaron un taxi a 5 cuadras del punto de encuentro. Cuando llegaron, Juan se bajó y le dijo al taxista que regresaba en un momento. Vi que un tipo que tenía unos perros lo estaba esperando en una esquina y se pusieron a hablar, así que le pregunté al otro, que se había quedado en el coche conmigo, qué había ido a hacer su amigo. No, no es mi amigo. Somos compañeros de la facultad. ¡Bah!... sí, somos amigos, pero lo conozco desde la secundaria y era media freak, nos hicimos amigos recién en la facultad; así que para mí es más compañero de la facultad que amigo. Juan regresó al taxi, ahora vamos hasta Neuquén y Nicasio Oroño. Y… ¿todo bien? Sí, todo bien, pasame un pucho; ¿se puede fumar acá, no? Sí, sí, nomás bajame la ventanilla. Nos estaba esperando hacía 10 minutos. Y es un boludo, ¡qué se joda!... habíamos quedado y media. No hablaron mucho después de que se volvió a subir el pibe, lo que sí, se fumaron como 3 cigarrillos, por suerte les dije que bajaran la ventana. Acá en la esquina está bien. Patricio pagó y caminaron 30 metros por Nicasio Oroño. ¡Le hubieses dicho que doblara y nos dejaba en la puerta! No, haceme caso, nunca es bueno confiar del todo en un tachero, son medio covanis. Entraron a la casa de Juan, y éste sacó de su morral un bloque de medio kilo de marihuana; Patricio armó un porro enorme y lo fumaron viendo Los Simpson.
nICO
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3 comentarios:
true story?
cuándo vamos al cine?
emmmm
como extraño esa sensación de un cuarto kilo de marihuana en mi bolsillo...
en fin, cuidate querido
suerte y felices pascuas! (nunca supe bien cuántas eran)
este es verdaderamente tremendo.
haría eso de decir q tiene de tremendo, pero no vale la pena. Nadie lo va a leer.
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