sábado, 19 de mayo de 2007

El existencialista

¿Cómo hablás de la angustia humana
si sos garca y te gustan las pendejas,
hacés libros con raras moralejas
y ta va Nietzche que le da a su hermana?

Cagás a tu mujer, como vos pagana,
los hombres son libres sin importar las rejas
mientras la ex de Vian te chupa la verja
y él te describe cuan mierda inhumana.

Escribís La Nausea e ideas “El Mayo”,
sos burgués, mas comprometido, tu arte,
sos visco y feo como un caballo.

Te cagás en los del Nobel aparte,
pues sos libre como dice tu ensayo,
porque sos el mejor, sos Jean Paul Sastre.

nICO

domingo, 6 de mayo de 2007

El Secreto (Marihuana)

Todavía recuerdo la pregunta con la que triplicó en el “imbatible de oro” de Susana Giménez:-“¿En qué año se descubrió la isla de Australia?” (1776). Y con la que ganó “¿Quién quiere ser millonario”:- “¿De qué nacionalidad era el poeta Tristan Tzara?” (Ruso). No podía ser cierto, pero lo era, era algo increíble… y cuando terminó los concursos de preguntas y respuestas comenzó a dedicarse al Prode con los mismos asombrosos resultados. Por lo tanto, el desenlace fue evidente: a la 4ta fecha que quiso jugar ya no lo dejaron apostar; debió buscar entonces una nueva profesión y encontró así acilo en el casino. Casi con espontaneidad se volvió un experto del Black Shack, sin embargo este nuevo pasatiempo tampoco lo pudo conservar: las autoridades del Conrad de Punta del Este inventaron la historia de que se lo había encontrado fumando marihuana por las inmediaciones del hotel y, con esta falsa excusa, le prohibieron la entrada a todos los casinos del mundo. A partir de ese entonces se despreocupó por el dinero y buscó por lo tanto una diversión sin fines de lucro; la encontró casi al instante: el ajedrez. De esta manera comenzó a jugarlo en la plaza de la esquina de su casa con los jubilados del barrio; su estilo de juego sólo era superado por su desempeño: brillante. No pasó mucho tiempo para que se convirtiese en un nuevo fenómeno, primero barrial y luego porteño. Todo el mundo iba a verlo: recuerdo la vez en que superó toda lógica y récord e hizo mate en 3 movidas, fue sorprendente; y aquella ocasión en que ganó 15 partidas simultáneas. Era realmente una fiesta verlo jugar, aunque también un misterio: ¿Cómo podía ganar todo lo que hacía? ¿De dónde provenía esa inteligencia tan superior y asombrosa? Estas son sólo algunas de las preguntas que el periodismo formuló sin ninguna respuesta satisfactoria; la inteligencia de nuestro prodigio en este sentido se convirtió en un mito.
La última vez que lo vi fue 2 días antes de que la policía comunicase la tragedia de su suicidio. Me había recibido en su casa de Barrio Norte con el fin de que le hiciera una nota para la revista Contorno luego de que le ganase la final del mundo a nada menos que Victor Shklovski en solamente 11 movimientos. Antes de empezar la entrevista, tuvimos una larga conversación sobre literatura e historia en la que me demostró su condición de verdadero Fausto de la contemporaneidad, después jugamos una partida de ajedrez y, si bien jugué como nunca en mi vida, perdí en sólo 5 movidas. Ya hecho esto, se soltó y comenzó a hablar sin que siquiera le hiciera una pregunta:
“Usted viene acá porque como todos quiere saber el origen de mi inteligencia y conocimiento. Está bien, no es necesario que ponga esa cara de disimulo, creo que si yo fuese otra persona también querría saber el origen de tan extraño fenómeno, así que no va a ser necesario que empiece la entrevista con “ante todo gracias por brindarnos esta nota” y clichés de ese estilo; no va a ser necesario.
Básicamente soy así porque mi padre fue un verdadero hijo de puta. No se asombre, a medida que cuente mi historia va a entender la afirmación que estoy diciendo.
Hasta los 10 años tuve una vida de los más normal; es cierto que nunca tuve una madre, pero el amor y cuidado de mi padre lo compensaba. Iba a la escuela, tenía amigos… en fin, tenía la vida de todo niño. Sin embargo el día en que cumplí 10 años todo cambió. Mi papá desde hacía varios meses atrás estaba construyendo una nueva habitación en la casa, mas no me dejaba entrar: me decía que era un regalo que sólo iba a poder ver cuando estuviese terminado. El día en que cumplí años me dejó verla y entré en ella.
Era una habitación bastante grande, tendría 5 metros por 5 metros; no obstante eso no fue lo que me llamó la atención. Lo sorprendente era la forma del piso, las paredes y el techo: una cuadriculado blanco y negro, blanco y negro, blanco y negro, tal cual un tablero de ajedrez. Estupidizado viendo esto, no me di cuenta que mi padre me había encerrado.
Grité durante horas que me parecieron semanas, hasta que cansado e impotente me quedé dormido. Cuando me desperté noté un humo extraño con un olor también bastante peculiar, en ese momento no supe de que se trataba (aunque ahora sí: era marihuana en estado gaseoso que mi padre echaba por un conducto a la habitación). Además comprendía que por más que gritará no iba a poder salir, mi padre estaba haciendo algún raro experimento conmigo; del mismo modo que contaminaba mi aire con ese humo, también contaminaba mi ambiente acústico con grabaciones sonoras (que salían de 4 enormes parlantes que había en cada una de las esquinas de la habitación) sobre los más diversos temas: literatura, historia, geografía, cine, deportes, música, matemáticas, pintura, et cetera.
De esta manera viví totalmente aislado del mundo durante 10 años, drogándome y recibiendo información de lo más diversa, incluso mientras dormía. Cuando cumplí 20 años mi padre me dejó salir de la habitación y por miedo de que yo lo matase, él mismo se voló los sesos. Yo sin saber qué hacer, totalmente enajenado del mundo, tuve que buscar medios para subsistir (lo que incluía comprar marihuana también puesto que con el encierro me había vuelto adicto a ella). Encontré una posibilidad en el programa de Susana Giménez y así fue como me di cuenta que era un genio.
Ahora se debe estar preguntando cómo puede ser que la marihuana me haya convertido en una enciclopedia viva. Ni siquiera yo lo sé bien, pero tengo una hipótesis: cuando uno está drogado tiene una sensación de que no entiende nada y le pasa de todo; sin embargo esto sólo ocurre en sociedad. Cuando uno está aislado como fue mi caso, simplemente le pasa de todo, pero no es que no entiende nada pues uno para no entender nada tiene que tener algo para entender, pero en mi caso no convivía con nadie; quién me iba a dar algo entonces para que yo entendiera y terminase no entendiéndolo. De este modo, la marihuana provocaba en mí un efecto de ostranemie similar al de la literatura que provocó que tomase conciencia de todo lo que escuchaba.
Ahora bien, por su cara debo suponer que no entendió nada de mi hipótesis, lo que simplemente la confirma aún más. Sin embargo me deberá disculpar mi querido Borges, pero ahora que sabe mi horrible verdad voy a tener que matarlo. No tenga miedo, sea un hombre: esto es sólo una pistola.”
No obstante la bala que salió de mi revólver atravesó su frontal antes que pudiera apuntarme. Desde hacía ya varios minutos había anticipado el final de su historia.

nICO